viernes, 7 de marzo de 2008

RACISMO EN ESPAÑA


El racismo en España puede rastrearse, como para cualquier otra zona del mundo, desde cualquier época histórica, pues enfrentamientos de causa económica, social o política se han justificado muy eficazmente con el disfraz de la diferencia racial, encontrándose tanto ejemplos de racismo entendido como ideología como racismo en actitudes y comportamientos.


La imposible definición de la inexistente raza española (véase Etnografía de España) no lo ha impedido, si bien es cierto que lo que con más frecuencia se ha dado son los fenómenos ligados al racismo, como la xenofobia y el odio religioso.Moros y cristianos [editar]
El carácter nacional español, de existir, se ha buscado siempre (Américo Castro en polémica con Claudio Sánchez Albornoz) en ese enfrentamiento presente en el imaginario colectivo y hasta en las fiestas populares que llevan ese nombre tan poco políticamente correctoMoros y cristianos»).
Los conflictos con aspectos de naturaleza racista más importantes de la Historia de España tienen una vinculación estrecha con las luchas religiosas de la Edad Media, aunque no se puede atribuir únicamente a la religión y tienen claras expresiones racistas. Para los reinos cristianos, son fundamentalmente la Reconquista y la Repoblación (que puede entenderse como una limpieza étnica). Simultáneamente, en Al-Andalus las divisiones sociales superponían a la escala de riqueza una concepción del origen familiar basada tanto en el origen étnico como en la religión: ponía en la cúspide a los de origen árabe, seguidos por los de Oriente Medio, los bereberes norteafricanos, los muladíes (musulmanes de origen hispanorromano) e incluso eslavos, en el extremo inferior quedaban los cristianos y judíos. El deseo de arabización incluía un ideal con componentes religiosos, lingüísticos, culturales e indudablemente raciales. Las clases dirigentes reivindicaban o incluso inventaban ancestros árabes. Durante las épocas críticas de intensificación del integrismo religioso, como ocurrió durante el dominio almorávide, se incrementó de tal modo la represión contra mozárabes y judíos, que se produjeron emigraciones masivas a los reinos cristianos del norte peninsular.
LOS JUDIOS
Desde finales de la Edad Media (asaltos a las juderías de 1391 y revuelta de Pedro Sarmiento en Toledo), se origina la cuestión denominada limpieza de sangre, que condujo a la expulsión de los judíos (1492) y la discriminación de los cristianos nuevos en todos los aspectos, incluida la represión del criptojudaísmo por la Inquisición. El mantenimiento del problema converso durante toda la Edad Moderna (reactivado con la incorporación de Portugal (1580) o con el proceso de Zapata y otros de comienzos del siglo XVIII) es uno de los ejemplos más claros de la función del racismo como ideología, vehículo de control social tanto hacia la minoría como hacia la mayoría de la población que aguanta mejor su pobreza gracias a la ficción del orgullo de ser cristiano viejo. Muchas veces se ha argumentado que el atraso en la evolución económica y social de España se debe a la sospecha que generaba cualquier actividad que proporcionara un lucro, en beneficio de la bendecida renta feudal de señoríos y monasterios.
El tratamiento de los moriscos (de origen islámico) fue diferente al de los marranos (de origen judío): aunque la rendición de Boabdil se hizo a condición de poder mantener su religión y costumbres, la presión religiosa hizo que los tratados se incumplieran y se obligara a su bautismo general (1501). Tras la rebelión de los moriscos de Granada (1569), comenzó la solución final, un proceso que comenzó con su deportación al interior de la península que finalmente acabó con su expulsión definitiva (1609).

Los gitanos
Artículo principal: Historia del pueblo gitano
La llegada de los gitanos a la península ibérica en el siglo XV fue acompañada de una legislación represiva (desde la famosa ley de los Reyes Católicos) que puede ser considerada racista, aunque a veces se ha exagerado su alcance, que no pudo tener la eficacia que pretendía dada la permanencia de la comunidad gitana. La pretensión de los Reyes Católicos era forzar la alternativa entre la asimilación o la expulsión, del mismo modo que en el caso de los judíos. La posterior situación de los gitanos difícilmente puede compararse, como a veces se hace, al apartheid sudafricano o a la situación histórica de los negros en Estados Unidos, pero ha sido objeto de una clara discriminación racial incluso hasta la actualidad.
Los negros

Es de suponer que desde la prehistoria existe población de origen africano en España, aunque es improbable adscribirla a ningún tipo racial concreto. En época protohistórica y en época antigua, se registra documentalmente y con testimonios arqueológicos la existencia de población de origen africano, principalmente mediterráneo pero también subsahariano, llegadas con los contingentes militares cartaginés y romano. En la época islámica, un número considerable de personas negras vinieron a España y algunas ocuparon altos cargos en los sistemas califales y en la cultura. Por ello, y al ser África negra una gran proveedora de oro, durante la Edad Media existió el estereotipo de la persona negra acaudalada; es entonces cuando surgen los mitos del Preste Juan y Baltasar. Posteriormente, con la colonización de América y el establecimiento del comercio triangular, y notablemente desde finales del siglo XVII, la esclavitud de africanos negros incide en un crecimiento de la aversión hacia lo negro. Desde el siglo XVIII una serie de pseudociencias coadyuvan en la justificación de la esclavitud de las personas negras. En el siglo XIX España será la última potencia occidental en abolir la esclavitud, lo cual incide en la persistencia del racismo anti-negro. Ya la Constitución de Cádiz de 1812 condicionaba el pleno derecho de los negros:Durante la Guerra de Cuba los mambises (guerrilleros independentistas, muchos de ellos negros) son presentados por la prensa como un peligro terrorifico y se difunde la idea de que los negros son aliados de las potencias que quieren destruir al Imperio Español, especialmente de Gran Bretaña, motejada de Pérfida Albión, por sus esfuerzos en la abolición de la esclavitud y del tráfico de esclavos.
La mayor parte del siglo XX significó un período de relativa calma en que la figura del negro, es vista con cierto paternalismo ridiculizante o patético, especialmente durante el régimen franquista. La presencia de población que pudiera identificarse como negra en la sociedad española estaba fundamentalmente compuesta por emigrantes de la colonia de Guinea Ecuatorial, Cuba así como algunos afronorteamericanos. Con una presencia local muy anterior, se divulgó desde 1952 (publicación del artículo de Arcadio Larrea Los negros de la provincia de Huelva), la presencia de descendientes de esclavos en Huelva, en poblaciones como Gibraleón, Niebla, Palos o Moguer. Sólo en Gibraleón se contabilizaba su número en doscientos, con algún caso de mestizaje. El artículo denunciaba su situación mísera y discriminación, existiendo incluso una especie de ghetto en el barrio de Villalatas de Gibraleón.[1] Sin embargo, desde finales del siglo XX y principios del siglo XXI el crecimiento de la inmigración se vincula a un aumento de la negrofobia de la mano de grupos neonazis y de ultraderecha, y a la desconfianza o desinformación de la clase trabajadora cuando ve en el inmigrante un competidor. Desde entonces vienen produciéndose ataques racistas en ocasiones con resultado de muerte o invalidez (entre otros, los casos de Lucrecia Pérez, Augusto Ndombele, Ypo Joe o Miwa Buene). Actualmente, cuando se calcula que viven en España cerca de 500.000 personas con herencia de África negra, instituciones como Amnistía Internacional [2] , SOS Racismo [3] , Movimiento Contra la Intolerancia [4] , Centro Panafricano y Federación Panafricanista denuncian que se producen anualmente en España un número no inferior a 200 agresiones físicas racistas contra personas negras.Durante la Guerra de Cuba los mambises (guerrilleros independentistas, muchos de ellos negros) son presentados por la prensa como un peligro terrorifico y se difunde la idea de que los negros son aliados de las potencias que quieren destruir al Imperio Español, especialmente de Gran Bretaña, motejada de Pérfida Albión, por sus esfuerzos en la abolición de la esclavitud y del tráfico de esclavos.
La mayor parte del siglo XX significó un período de relativa calma en que la figura del negro, es vista con cierto paternalismo ridiculizante o patético, especialmente durante el régimen franquista. La presencia de población que pudiera identificarse como negra en la sociedad española estaba fundamentalmente compuesta por emigrantes de la colonia de Guinea Ecuatorial, Cuba así como algunos afronorteamericanos. Con una presencia local muy anterior, se divulgó desde 1952 (publicación del artículo de Arcadio Larrea Los negros de la provincia de Huelva), la presencia de descendientes de esclavos en Huelva, en poblaciones como Gibraleón, Niebla, Palos o Moguer. Sólo en Gibraleón se contabilizaba su número en doscientos, con algún caso de mestizaje. El artículo denunciaba su situación mísera y discriminación, existiendo incluso una especie de ghetto en el barrio de Villalatas de Gibraleón.[1] Sin embargo, desde finales del siglo XX y principios del siglo XXI el crecimiento de la inmigración se vincula a un aumento de la negrofobia de la mano de grupos neonazis y de ultraderecha, y a la desconfianza o desinformación de la clase trabajadora cuando ve en el inmigrante un competidor. Desde entonces vienen produciéndose ataques racistas en ocasiones con resultado de muerte o invalidez (entre otros, los casos de Lucrecia Pérez, Augusto Ndombele, Ypo Joe o Miwa Buene). Actualmente, cuando se calcula que viven en España cerca de 500.000 personas con herencia de África negra, instituciones como Amnistía Internacional [2] , SOS Racismo [3] , Movimiento Contra la Intolerancia [4] , Centro Panafricano y Federación Panafricanista denuncian que se producen anualmente en España un número no inferior a 200 agresiones físicas racistas contra personas negras.